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EL ESCONDITE DE IVÁN

SINNU Y LA ISLA

EL CUMPLEAÑOS DE SINNU

EL CUMPLEAÑOS DE SINNU

El papá de Sinnu, cargando con la pesca del día, encontró a su hijo sentado a la sombra de una palmera. El mar arreciaba y el sol abrasaba la arena. Lo observó durante unos segundos, allí inmovil, abstraido y con la mirada perdida. Las gaviotas nerviosas, oteando su almuerzo.
Sinnu parecía mucho más mayor, tan espigado, tan bronceado y curtido. En solo unos días cumpliría los nueve años, sería el segundo cumpleaños en aquella isla abandonada. El primero lloraron juntos durante varias amargas horas, abrazados y brindaron humildemente con agua de coco.

-Sinnu, hijo, ¿que haces? ¿Te aburres?

-No, papá, estoy jugando.

El padre preguntó extrañado:

-¿Jugando? ¿A qué juegas?

-Juego a la paz.

El padre dejó escapar una sonrisa. Este nuevo cumpleaños iba a ser muy distinto.

Iván Sáinz-Pardo (En la avioneta sobró un sitio)
Pronto de venta en Amazón.

SINNU Y LA ISLA (II)

SINNU Y LA ISLA (II)

Ha caído la noche. El pequeño Sinnu observa a su padre junto al fuego construir una cabaña con los restos del avión y hojas de palmera. Hace días que enterraron los cuerpos de los otros seis pasajeros que encontraron sin vida. Sinnu abre un coco contra una piedra como ha aprendido a hacer. Su padre le está enseñando a ser un buen hombre y a sobrevivir por si se quedase solo, pero al pequeño Sinnu el pensar en perder también a su padre le duele tanto como el ataque de una medusa. Su corazón se encoge y cada latido es un pinchazo envenenado.

SINNU

Papá, ¿echas de menos a mamá?

PADRE

Claro que sí, hijo. Todos los días.

SINNU

¿Y a los abuelos?

PADRE

Sí, tambien a los abuelos.

SINNU

¿Estará mamá junto a los abuelos en el cielo?

El padre de Sinnu observa a su hijo mientras se limpia el sudor con la muñeca de su brazo.

SINNU

La abuela me contó un día que cuando nos morimos hay un señor Dios que decide si vamos con él al cielo o si nos castiga mandándonos al infierno. Para no ir al infierno hay que creer en él, ser buenos, ir a la iglesia, rezar y hacer la comunión.  ¿Tú crees en Dios?

El padre se sienta junto a Sinnu, da un largo trago de agua de coco y se dirige a su hijo:

PADRE

Lo importante Sinnu, no es creer en dios o no, ni rezar, ni la comunión, ni visitar las iglesias y los templos. Nadie sabe con certeza si hay un cielo, un infierno o un Dios esperándonos allá arriba para juzgarnos. Lo importante es aprendera diferenciar entre lo que nos convierte en buenas o en malas personas. Y en el caso remoto de que llegara a existir el Dios del que te habló la abuela para juzgarte, si en tu vida has sido en general una buena persona creeme que no le importará nada de lo demás.

Sinnu mira las estrellas tratando de entender.

SINNU

¿Y que se necesita para ser una buena persona en la vida?

PADRE

Paciencia, hijo mío, sobretodo se necesita mucha paciencia.

Iván Sáinz-Pardo
"Sinnu y la Isla" ©2011

SINNU Y LA ISLA

SINNU Y LA ISLA

El pequeño Sinnu observaba el mar. Su padre, en cambio, observaba con lágrimas en los ojos los restos del avión en la playa.

-Sinnu, tenemos que huir de aquí, escapar, pero no existe el norte, ni el sur, ni el este, ni el oeste. No hay caminos que nos alejen del problema. El problema es una isla.

Sinnu observó durante unos instantes llorar a su padre, entonces, se levantó en silencio y se puso a excavar.

Iván Sáinz-Pardo
"Sinnu y la Isla" ©2007