EL CUMPLEAÑOS DE SINNU
El papá de Sinnu, cargando con la pesca del día, encontró a su hijo sentado a la sombra de una palmera. El mar arreciaba y el sol abrasaba la arena. Lo observó durante unos segundos, allí inmovil, abstraido y con la mirada perdida. Las gaviotas nerviosas, oteando su almuerzo.
Sinnu parecía mucho más mayor, tan espigado, tan bronceado y curtido. En solo unos días cumpliría los nueve años, sería el segundo cumpleaños en aquella isla abandonada. El primero lloraron juntos durante varias amargas horas, abrazados y brindaron humildemente con agua de coco.
-Sinnu, hijo, ¿que haces? ¿Te aburres?
-No, papá, estoy jugando.
El padre preguntó extrañado:
-¿Jugando? ¿A qué juegas?
-Juego a la paz.
El padre dejó escapar una sonrisa. Este nuevo cumpleaños iba a ser muy distinto.
Iván Sáinz-Pardo (En la avioneta sobró un sitio)
Pronto de venta en Amazón.
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