MUNICH (Steven Spielberg, U.S.A, 2005)
Para escribir sobre una película como Munich es recomendable mandar a dormir a las neuronas al menos ocho horas primero, pero no puedo evitar contaroslo todo. Contaros que la película me ha dejado de un mal cuerpo demasiado evidente. Se que ocho horas no serán suficiente. Se que ocho semanas tampoco lo serán. Hay algunas secuencias, algunas imágenes, algunos trozos rotos clavándose en los corazones de quienes, a mi lado, compartían la sala del cine hoy.
Hay un mensaje concreto delante, y casi tres horas de un espíritu consecuente y ferozmente tenaz detrás. La violencia únicamente desencadena más violencia. La violencia no es espectacular. La violencia es simplemente algo aterrador. Una pesadilla que se esconde debajo del colchón de nuestra cama, dentro de la televisión o de nuestros teléfonos. Un sueño convertido en terrorífica realidad, disfrazado de religión, de patria, de valentía, de heroísmo. Un pedazo podrido enfermando el corazón humano. Propagándose incansablemente. Destruyéndolo todo. No hay vencedores, no hay inocentes, no hay esperanza en un conflicto en el que, los distintos intereses políticos y económicos, descarrían y catapultan las posibles respuestas, hacen saltar por el aire las soluciones, para aletargar y prolongar el sufrimiento humano eternamente. Un mensaje desalentador, frío, cruel, amargo y brutal surgido de la parte más oscura de un director magistral, que sigue en su incansable busca del maestro, del genio que lleva dentro.
Los asesinatos narrados tampoco son espectaculares, los tiroteos son burdos, caóticos, realistas. Los actos terroristas saturan el metraje. Saturan la mente del espectador. La estructura narrativa de los ajustes de cuentas se reitera. Estos resultan repetitivos, penetrantes, en una rutina monstruosa y desasogante. Todo ello en un metraje estirado y denso. Sin concesiones. Sin cabida ni espacio para el romanticismo, ni la épica, ni tan siquiera para el respiro del espectador.
En la cinta no hay buenos. No hay malos. Solo hay victimas. El hogar cuesta caro. La paz no tiene precio en un mundo en el que la vida si lo tiene.
Spielberg, de conocido origen judío, trata el conflicto palestino-israelí, pero no se detiene allí, por que sabe que la guerra de la que nos habla tiene frentes abiertos en otros muchos sitios. La herida es un mar de llagas clónicas, llagas abiertas, y mientras se cura una, otras nuevas y mucho peores surgen a su lado. El mensaje es por tanto un mensaje universal. Y de esta forma se centra en narrar los conflictos interiores de uno de los terroristas. Conflictos que todos entendemos, humanizando un drama del que nos hace a todos participes directos.
No todos los aspectos técnicos en la película son de mi gusto, como ese dichoso filtro difuminador que empañan las imágenes de casi todas sus ultimas producciones. Gusto estético que parece compartir con su fiel director de fotografía Janusz Kaminski. Ni tampoco encuentro necesario el ya comentado exceso de metraje. Pero estamos, sin duda alguna, delante de una de las obras más importantes y valientes de este director inaudito, condenado por meritos propios a ser recordado junto a los más grandes maestros del séptimo arte.
¿Pero de que cojones va la peli?
Amigos, ir a verla. Sufrir con el "bello" descubrimiento del terror de esa violencia tan, lamentablemente, a la orden del día al otro lado de nuestros telediarios. Acongojaros con la verdadera cara del terrorismo de estado. Descubrir con vuestros propios ojos la desgarradora sensación de sentiros, por algunos minutos, cercanamente afines a los que de verdad sufren la realidad de la violencia desde todas las distintas vertientes. Ir al cine para ser también testigos de una actualidad tragicamente eterna.
Iván Sáinz-Pardo
9 comentarios
sergio -
Por otra parte a mí sí me gusta Eric Bana, y Mathieu Kassovitz creo que me cae bien, pero vaya... en fin, sobran las palabras.
lau-pau -
El personajillo d barbas q fabrica las bombas es el gran Mathieu Kassovitz un director y actor frances genial:D
Paulinchen (SPK) -
¡Un beso grande desde Munich!
Juan (SPK) -
Decir que Eric Bana sólo sabe poner una cara para todas las pelis. Véase si no \"Troya\", \"Hulk\" (en ésta es para matarlo)..., diré siempre que el mejor papel que le han dado es de actor secundario en \"Blackhwk Down\" donde dice tres frases y lo borda (de momento no ha demostrado q sirva para más que eso, 3 ó 4 frases...).
Ojo al futuro James Bond (Daniel Craig)! Si el Pierce Brosnan me parecia malo este ya ni para vender palomitas.
Y el resto de los 3 personajes bastante descafeinados (excepto el que hace las bombas que pone una cara de no enterarse de nada brillante!).
Sobre moral política y demás no entraré en detalle pero el hecho de que al final en U.S.A. estés completamente a salvo de todo (Eric Bana se queda al final a vivir allí) y Europa sea un \"queso de grouyer\" llama a la reflexión. Sobre todo después de los últimos acontecimientos respecto a lo de las caricaturas.
Vaya rollo que he soltado. Espero que no te moleste Iván. Saludos desde Munich!
Descalza -
Kefalegereta -
Antonio -
EFESOR -
Eso si, también me alegra que haya otros que me digan que le pareció un rollo... cuando eso pasa, es que la película trae de lo que no entiende, y eso es un reto.
Marina Khalo -
Por cierto, qué bien te expresas (¿se puede decir cabrón?).
Un saludo mañanero.