EN EL OTRO LADO
Las miradas huyen, se descalzan los días a tu alrededor. Puedes darle la espalda a la tempestad, ir a contra corriente. Pero no es un trozo de nube en tu cabeza lo que te impulsa a huir, sino el miedo a enfrentarte a un final verdadero.
Entiendo que no volverás. Y en ese preciso instante, nuestra isla se transforma en un hongo gigantesco. Sube, crece y se alza majestuosamente en el horizonte. Por un momento me urgo en los oídos, hay un silencio absoluto, como una repentina sordera, y a la vez, todo el oxigeno de mis pulmones y el que hay a mi alrededor, desaparece. El hongo, por unos instantes, lo absorbe todo por completo. Entonces, un huracán abrasador me da alcance lanzándome violentamente por los aires.
Tu vello se eriza, te detienes y vuelves la cabeza. Una vez más, escuchas ese extraño murmullo. Lo ignoras y continúas caminando hacia delante, sin la intención de detenerte nunca más.
El cielo se tiñe de sangre de delfines y yo cierro mis ojos. Surco los aires sin control alguno. Quiero volar hasta donde tu estas. Solo deseo que la honda expansiva se convierta hoy en mi mejor aliada. Me concentro en tu rostro. Únicamente deseo alcanzarte, encontrarte, llegar hasta ti y volverte a ver, aunque nuestros silencios sean siempre como agujeros negros donde desaparecen cada una de nuestras palabras.
Abro los ojos. Planeo por encima de un mundo que ya no me pertenece, el tuyo. Solo pienso en ti, mientras mi piel se desprende a jirones. Después viene la carne y la erosión de los huesos, y así voy dejándome atrás, transformándome, poco a poco, en polvo de estrellas.
¿Sabes?, se puede amar en silencio. Yo lo hago y ya no soy más que un débil murmullo en tu nuca. No existo, desaparecí para siempre la noche que tu dejaste de mirar el cielo, la noche que dejaste de soñar conmigo para despertar ahí, sin mí, en el otro lado.
Iván Sáinz-Pardo
"La ira dormida" ©2006
5 comentarios
Alejandra -
Capitán Pescanova -
Eli -
La tempestad calma, pero nunca termina, vuelve.
La explosion se apaga, quedan las cenizas...
cenizas son el cuerpo de quien ama...de quien no
se apaga, solo calma.
Kike -
Mata -