BARCELONA, UNA MARAVILLOSA Y CONTINUA CUENTA PENDIENTE.
Aún tenía una cuenta pendiente con la ciudad de Barcelona. Hasta ahora, me había resistido a conocerla y descubrirla como un turista oficial. Me había decantado por perderme simplemente por sus calles, por los encuentros y los descubrimientos casuales.
El borregísmo de la ruta turística me cabrea, así como ese afán tan calculado y grotesco por saquear a todo aquel que aparezca con un mapa y una cámara colgando del cuello. Souvenirs, menús engañosos, entradas por las nubes, extras inesperados. Y así uno paga la entrada, se compra un bono donde los descuentos no son tales. Casualmente se cierran los accesos a las escaleras y así se obliga a pagar por utilizar el ascensor, ¿2 más? y los cascos con los comentarios de guía llevan otro plus. ¿4 más?. Colas, colas y más colas, en una ciudad donde el turismo nunca descansa.
Mi amigo y camarógrafo Sorin, con su mujer Alina y sus dos hijos, Leon y Lara han venido de Munich de visita y se quedan durante algo más de una semana con nosotros en casa. La oferta de museos, monumentos y espectáculos en Barcelona es, como todos sabéis, prácticamente inagotable y hasta Lucy, que ha nacido aquí, está descubriendo cosas nuevas.
En casa desayunamos y cenamos juntos. Los niños están entusiasmados y además están como locos con Lola, quien incluso ha cambiado temporalmente su camita en la terraza por este otro, sin duda, mucho más agradable.
Llevamos desde el viernes pasado pateando Barcelona sin parar, con un ritmo frenético y, aunque ya se nos acumula un poquito el trabajo, estamos todos disfrutando como enanos.
El genio de Gaudí es arrebatadoramente irresistible, Picasso nunca deja de asombrarme, mientras que Miró continúa dejándome frío y con esa irritante sensación de tomadura de pelo. Los mercados, las iglesias, los barrios, las avenidas, el mar y los parques. Barcelona es simplemente una ciudad mágica y sorprendente.
8 comentarios
Yolijolie -
Yolijolie -
Saludos
Mr. Negative -
Travis -
Marina Khalo -
Cuando yo tenía 14 años subí a la parte alta de Barcelona para ver como era. No había ido nunca a esa zona elegante, la zona de la Bona Nova, donde por ejemplo vivían los Goytisolo. De ese hallazgo recuerdo un paseo extraordinario de árboles que ahora está destrozado. En mi vida había visto ese paseo y me maravilló descubrir que ese paseo estaba en mi ciudad. Pero bueno, todo esto viene del descubrimiento mismo en el que uno deja el barrio y vas más allá de los límites del barrio. Creo que todo el mundo ha vivido esta experiencia, aunque ahora la vida de barrio se ha vuelto mucho más robotizada. Pero tu ciudad jamás la vas a conocer, quizá yo he llamado a Barcelona la ciudad nerviosa, porque personas de mí círculo más querido son personas todas nerviosas en cuanto a su inquietud constante, insatisfechas con su realidad y luchando de forma dramática por cambiarla.
Barna, me mola, es una más de mis debilidades. ¡Brindemos con cava catalán! Chin-chin
PS. Lucy y Lola están preciosas. El de las botas camperas ¿no tiene frío?
Capitán Pescanova -
Un saludo.
bubi -
Besos veraniegos,...
humilde -