HANCOCK (Peter Berg, USA, 2008)
Durante mi estancia por trabajo en Berlin nos hicimos, de forma inesperada y casual, con unas entradas para la premiere alemana de Hancock. Un despliegue espectacular, por todo lo alto, con la presencia del director, Peter Berg, el productor y los actores: Will Smith, Charlize Theron y Jason Bateman. Con paseo por la alfombra roja, coches de policía volcados, la presencia de todos los medios informativos posibles y retransmisión en directo del canal Pro7. Un espectaculo muy hollywoodiense que culminó con la presentación de la película en la sala por los propios protagonistas.
Pero vayamos a la película: Comienza de forma trepidante, con unos efectos especiales logrados y con la premisa atractiva y divertida que ya nos mostraba el magnífico trailer. Un superhéroe irreverente, mal educado y con problemas de alcohol, eficazmente interpretado por Will Smith, que a duras penas mantiene a los malos de la ciudad de Los Ángeles a raya generando, por su dejadez y sus ebrias formas, más caos y destrucción del que trata de evitar.
La película se vende y se presenta así misma como rebelde, subversiva y cool, pero según van pasando los minutos, descubrimos que la Universal nos ha vuelto a vender gato por liebre ofreciéndonos otro Blockbuster familiar, convencional, inofensivo y comercial.
El mayor problema de Hancock es la poca credibilidad de todo lo que ocurre en una historia de superhéroe donde además, no existe antagonista o antihéroe. El personaje que se supone que ocupa esta función se malgasta como supuesta sorpresa o giro argumental, que lamentablemente ya se han encargado los guionistas de arruinar bastantes minutos antes con guiños poco sutiles y más bien explícitos. Siendo los creadores conscientes de esta carencia fundamental, se sacan como apoyo a otros antagonistas de la manga que, no solo no están a la altura esperada, sino que ya terminan de asesinar cualquier esperanza de coherencia en la historia. La película promete pero se derrumba como un castillo de arena en la segunda parte y ya no consigue remontar el vuelo. Es por esto que el sabor de boca al finalizar es más amargo que otra cosa. El sabor de un producto totalmente olvidable que, sin embargo, entretiene y divierte durante el corto ratito que la premisa inicial se desarrolla.
Gustará más a niños, a adolescentes despistados y a familias de domingos de centro comercial. Los que busquen una historia detrás o momentos de buen cine, mejor que se revisen la estupenda El Protegido (Unbreakable, 2000) del, desde entonces, tan venido a menos M.Night Shyamalan.
Iván Sáinz-Pardo
4 comentarios
maría -
Siempre Ino -
;-)
Ruth -
La veré de todas formas, aunque sin premiere a lo grande. Cómo os cuidáis, ché.
Cerezo -
COÑOOOOOOOOOOOOOOOO
Quierote.