MUERTOS EN EL JARDÍN (Rescatado)
El jardín esta lleno de agujeros y yo conduzco sin carné subido a una estrella fugaz, huyendo de los rabillos de ojos ajenos.
De nuevo en tu puerta, me dispongo a recoger mis cartas sin abrir, mis preguntas sin contestar, mis besos huérfanos. Algunos de mis sueños ya son de cartón mojado, pero tú me propones lluvia y vientos huracanados para comer junto a las espinacas del congelador. Vivo eternamente invisible en la digestión ciega de tus colores favoritos, encerrado en las interferencias, en los apagones, en los anuncios, en los parpadeos.
La valentía no es exigible cuando el miedo continúa siendo el pegamento más eficaz del planeta, cuando en nuestro paladar aun podemos saborear el antídoto caducado de nuestras propias desgracias.
Vuelvo a casa, cambiaste todo el parque del suelo por tierras movedizas. Con una generosa sonrisa me preguntas que me parece, yo callo y miro hacia el jardín. Ya solo deseo poder comenzar a enterrar nuestros muertos con algo de dignidad.
Iván Sáinz-Pardo
"La ira dormida" ©2009
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