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EL ESCONDITE DE IVÁN

LA TAZA VACÍA

LA TAZA VACÍA

Vuelvo a casa. Compartimos pasta con verduras y espacios interiores, para después huir al exterior arrastrados siempre por impulsos ajenos. El universo conspira, nosotros coleccionamos tonterías con las que crear imperios mortecinos.

Terminamos el café y rompes el silencio:

-¿Por qué sabes que me quieres?

-Lo sé.

Me miras con preocupación. Luego miras la taza vacía.

-¿Cómo puedes estar tan seguro?

Me levanto de la mesa y antes de encerrarme de nuevo en mi cuarto, paso a tu lado y te susurro:

-Porque somos dos supervivientes en dos botes distintos, pero del mismo naufragio.

Iván Sáinz-Pardo
"En la avioneta sobró un sitio" ©2012

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