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EL ESCONDITE DE IVÁN

VOYAGER

VOYAGER (Final)

VOYAGER (Final) Saboreo un caramelo de regaliz.
Observo por el retrovisor como la carretera huye veloz entre aspas gigantes, girando como molinillos amenazantes, mercenarios de un ejército devorador de bocanadas de aire.
Un viaje no tiene sentido sin un final. Los finales dan sentido a las cosas. Nos ofrecen la oportunidad de volver a comenzar de cero. Aunque tampoco es cierto, nunca comenzamos de cero. Una explosión coloca las cosas en su desconcierto, pero los cristales no vuelven nunca más a juntarse. Comenzamos cada vez desde una posición distinta, en una cadencia siempre transformada.
El sol se resiste a marchar, arqueando su agonía en ángulos imposibles. Avanzamos en silencio...
Hemos viajado hasta ahora sin rumbo fijo, como la vida en si misma, abiertos a sorpresas y a nuevas incursiones al alma. Para entender mejor lo que somos, lo que fuimos, lo que nos depara. No buscamos con preguntas, únicamente disfrutamos de las respuestas que nos regalaron los kilómetros atropellados por nuestra Voyager.
El retrovisor me dedica una imagen de serenidad arrebatadora, de océano temporal, kilómetros de tsunami sin isla ni tierra a la vista.
Me quedo con muchas cosas, nuestras conversaciones, los nuevos lugares y gentes, las carcajadas, los paseos, los silencios, todo como fichas de un mismo puzzle.
Regresamos en silencio, sabedores de estar disfrutando de la última curva, la última gran bajada de esta montaña rusa.
Ha anochecido. Aparcamos, nos miramos con una sonrisa y escuchamos desde nuestros asientos como se apaga el motor.

VOYAGER XIII

VOYAGER XIII Esperamos el eclipse sentados en un banco. Pocas horas después volvimos a montarnos en la furgoneta.
Noche cerrada. La Rioja. Dejamos atrás una carretera de mala muerte donde no vimos un solo coche ni una sola persona en más de una hora y media. Tuvimos que parar de un frenazo porque se nos cruzó un ciervo del tamaño de una vaca. Se nos quedó mirando como si nos hubiera estado allí esperando durante toda su vida y encima llegásemos tarde a la cita. Despacio, majestuosamente, se retiró de la carretera con el cuello muy estirado y pudimos continuar.
Llegamos ya casi a las doce de la noche a Arnedillo.
J. me había hablado de las aguas termales de Arnedillo, son unas pozas acondicionadas y gratuitas. En nuestro viaje de vuelta a Barcelona, decidimos desviarnos un poco para disfrutar de ellas y de paso conocer el pueblo y también a J. al día siguiente.
Dejamos nuestras cosas en un motel, nos pusimos el bañador y bajamos a oscuras por un caminillo hasta el río fumándonos un porrito. Allí un gato nos acompañó hasta las aguas termales aullando y mostrándonos el camino.
En la orilla del río, nos encontramos a bastante gente desnuda sentada sobre las piedras o dentro de las piscinas naturales, hablando en susurros. Las estrellas brillaban como nunca, no se veía a penas nada y la escena se mostraba bastante surrealista. Dirk y yo nos miramos un instante, nos despojamos de la ropa y nos metimos al agua. Era como estar en un yacuzzy, el agua estaba realmente muy caliente, unos 45 grados y el fondo era un manto de piedras pulidas y calentitas. Estuvimos un buen rato charlando, disfrutando, entrando y saliendo del agua.
Al día siguiente conocimos a J. y a sus amiguetes y volvimos todos juntos a entrar a las pozas, esta vez de día. Yo me metí en bañador y, como no, olvidé sacar mi móvil del bolsillo. Os diré que los Nokia son algo reticentes a las aguas termales y el mío ha claudicado para siempre.
Estuvimos un buen rato charlando en el agua y después nos fuimos a tomar unas cervezas. J. y su pandilla son una gente fantástica. La foto la hicimos justo antes de continuar nuestro regreso a casa. Un paraje increíble, un lugar muy especial. Seguro que volveremos.
De nuevo en la furgoneta. Aún nos quedan unas pocas horas de Voyager, unos pocos cientos de kilómetros para dar por terminada esta simpática e inolvidable “mudanza”.
Este casete lo hemos escuchado sesenta veces en este viaje, pero sigue devolviéndonos la sonrisa, provocando canturreos, sigue siendo nuestro propia banda sonora, nuestro casete favorito.

VOYAGER XII

VOYAGER XII Gijón también nos dejó momentos tan bellos como este.
Esta foto la hizo Dirk nada más salir los tres de la playa de Gijón de surfear y tras un atardecer en el agua de los de película.
Jimbo tenía razón, momentos de surf como aquellos son los que crean más adictos a esta modalidad. Veo de nuevo esta foto y puedo sentir el mono.

VOYAGER XI

VOYAGER XI Gijón nos recibe con algo de lluvia.
Jimbo y Laura son simplemente una pareja fantástica y todo a su lado funciona con asombrosa naturalidad. Tras unos pocos minutos ya parece como si nos conociéramos desde siempre.

Ya estamos delante del mar.
Queremos divertirnos, surfear y grabar algo con la cámara.

-¿Se os ocurre algo?

A ver, tenemos playa, montaña, Surf, una cámara de mini dv, un micrófono inalámbrico, tres días y somos un equipo de cuatro en total contando con Laura.

-Tengo una idea. Es algo rara, pero hay surfistas, playa, montaña y… ¿Conocéis a algún niño de unos 7 años?

-Creo que podríamos conseguir una niña. Se llama Cecilia. Su padre es amigo mío.

-Serán ocho minutos. Blanco y negro. Lo dirigiremos los tres. El corto se llamará “La Marea”. Jimbo, ¿crees que se me dará bien el surf?

-Yo te enseñaré algunas cosas y veras como hoy mismo ya te pondrás hasta de pie.

-Otra cosa, ¿Tienes una pala?

-Creo que si. En casa de mi madre. ¿Por que?

-Mejor os cuento la historia.

VOYAGER X

VOYAGER X Blogia no para de tambalearse. Y nosotros continuamos nuestro viaje después de un descanso productivo y divertido a partes iguales en Pucela.
Ayer volvimos a mezclar nuestros portatiles, paseos y charlas de guión, con unos cubatas en la Tramoya, unos “Diamantes” en el Cafetín, una pizza familiar entre cuatro donde Mario, unos bailes (y algún que otro bajón) en el 1900, y unas verduritas improvisadas por Ainara en su casa (ya casi de desayuno) tras fracasar la idea del Karaoke.
Vamos sumando experiencias, nuevos destinos y pequeños proyectos a esta fantástica mudanza disfrazada de Road Movie improvisada. En pocas horas ya estaremos en tierras Asturianas, nos encontraremos con el bueno de Jimbo, jugaremos por unos días a “The endless summer” y hasta incluso, muy posiblemente, aprovechemos el encuentro para juguetear un poco juntos con su cámara de video.
A la vez, y sin haberlo planeado, quizás también podamos vivir de refilón este presumible fin de semana histórico de Fernando Alonso y su primer campeonato mundial de Formula 1 estando más cerca de la preciosa ciudad de Oviedo, su tierra natal.
Dirk sonrie por lo de surfear y yo le digo que adelante, que me siento un poco como dentro de un ascensor sin números. Subiendo, bajando, subiendo, muy tranquilos, allí esperando, únicamente por si se abrieran las puertas.

VOYAGER IX

VOYAGER IX ¿Gasolina?...
Cogemos fuerzas, nos aprovisionamos y preparamos nuestro siguiente paso. Las noches son más frías. El verano morirá en la carretera. Gijón nos espera.

VOYAGER VIII

VOYAGER VIII Parada y fonda.
Ayer nos dio por salir y acabar con todo el tequila de Pucela.
La Piedra, El Durandal, El Penicilino, La Rua y algunos otros garitos que ni recuerdo. Hoy me siento como un gato apaleado, con el estomago jugando a indios y a vaqueros y la cabeza como una hormigonera, preguntándome a donde habrá ido a parar la vida que perdí anoche.

VOYAGER VII

VOYAGER VII Segovia, allá vamos.

VOYAGER VI

VOYAGER VI En la amistad se puede y se debería siempre sembrar y transformar, a nuestro paso, nuestro camino en un huerto de historias verdaderas, un pasto fértil para el recuerdo y las anécdotas. Seran lo único que quede.
A veces funciona.

VOYAGER V

VOYAGER V Miércoles 7 Septiembre.
Primer día de Las Fiestas Patronales de Nuestra Señora del Villar 2005.
Pregón desde el balcón del Ayuntamiento de Laguna de Duero, junto al Alcalde, Concejales y la Reina y Damas de las Fiestas.
Breve y sentido, como un chupinazo.

VOYAGER IV

VOYAGER IV Domingo 4 de Septiembre.
Casa de las Artes en Laguna de Duero, Valladolid.
Discurso Institucional (Pregón oficial) de inauguración de las Fiestas Patronales de Nuestra Señora del Villar 2005

Y yo con estos pelos.

VOYAGER III

VOYAGER III Un tiro al aire y muere Agosto.
Un viaje plagado de minas desactivadas. Un mar infectado de medusas sin veneno. Pero nuestros sentimientos gritan en la montaña rusa del final del verano.
Solo necesitamos un breve instante para morir, para ver las cosas desde una perspectiva totalmente distinta, para descubrir el peso de las despedidas. Hay muchas formas de morir. La peor es la muerte que nos permite seguir viviendo. Pero hay que morir muchas veces para seguir sintiéndose vivo.

Hoy Dirk se siente como un cangrejo muerto, a la deriva. Y yo le digo:

-Animo amigo mío. Seguro que si mueres hoy como cangrejo, será para reencarnarte en un animal mucho mejor y que camine siempre para adelante.

VOYAGER III

VOYAGER III Un tiro al aire y muere Agosto.
Un viaje plagado de minas desactivadas. Un mar infectado de medusas sin veneno. Pero nuestros sentimientos gritan en la montaña rusa del final del verano.
Solo necesitamos un breve instante para morir, para ver las cosas desde una perspectiva totalmente distinta, para descubrir el peso de las despedidas. Hay muchas formas de morir. La peor es la muerte que nos permite seguir viviendo. Pero hay que morir muchas veces para seguir sintiéndose vivo.

Hoy Dirk se siente como un cangrejo muerto, a la deriva. Y yo le digo:

-Animo amigo mío. Seguro que si mueres hoy como cangrejo, será para reencarnarte en un animal mucho mejor y que camine siempre para adelante.

VOYAGER

VOYAGER

Italia es un ciempiés haciendo zancadillas, un festín para vampiros con invitados de plástico, una ciega asesina besándote en los labios. Yo soy un monstruo azul saliendo de un mar cenagoso.
Guardé la respiración allá abajo durante demasiado tiempo por si todo esto llegara a ser un secreto. Pero tú mirabas hacia otro lado.
Francia será fugaz y áspera como una explosión. Como el recuerdo del impacto entre dos estrellas que quizás nunca estuvieron allí.

DEJAVU

DEJAVU

Hay rachas en que los días se tornan todos iguales. Otros quedan marcados con bolígrafo rojo en alguno de nuestros sueños. Un dejavu es ser consciente de que nuestro destino ya esta escrito.

Esta mañana, mientras hablaba con Dirk sobre algunos aspectos del guión, sentí un dejavu; intenso, áspero, muy poderoso. De repente, dejé de hablar y se lo comenté. Le expliqué a Dirk que este no había sido un dejavu parecido al de otras veces. Esta vez yo recordaba perfectamente la noche en la que, incomprensiblemente, había soñado con todo ese momento en concreto, con esas palabras exactas, esa trama de un guión que aún por entonces no existía y como también le proponía a Dirk hacer unas tortillas de patata, unas ensaladas, comprar una caja de cervezas, juntar en una cena a sus amigos y leerles como postre nuestro guión en busca de un primer feedback.

La cena, la lectura del guión y la charla han durado cuatro horas.
Mañana salgo temprano para Munich y ya son casi las dos de la madrugada. Dirk, que se queda aquí en Nürnberg hasta el domingo, sale con los demás a tomarse la última y yo, sin embargo, decido quedarme en casa con la supuesta intención de hacer mi maleta. No es cierto. Es la sombra amenazante de un día tan duro como el que me espera mañana. El peso demoledor de demasiados días trabajando sin dormir lo suficiente.
Una vez más dejaré la maleta para el último minuto.
Estoy molido y me acuesto escribiendo sobre el dajavu de esta mañana. Dirk aún anda por aquí y se despide antes de salir por la puerta. Yo entonces le digo:

-Ya no me parece tan real.

-¿Cómo?

-El dejavu. Ya no me parece tan real. Es como todos los demás.

-¿Por que?

-Porque no consigo recordar haber soñado que me interrumpía a mi mismo para contártelo. No me recuerdo teniendo el dejavu.

-Quizás estés ya dentro de él.

-¿Cómo?

-Quizás únicamente estas recordando que recuerdas un dejavu.

-Entonces, Dirk, tu no estarías aquí ahora diciéndome esto mismo.

-Y es que no lo estoy Iván. No lo estoy.

Solo, en la habitación, termino de escribir este post en mi portátil y lo envío al mundo pulsando la tecla de editar.

Hay rachas en que los días se tornan todos iguales. Otros quedan marcados con bolígrafo rojo en alguno de nuestros sueños. Un dejavu es ser consciente de que nuestro destino ya esta escrito.

CALIMOCHO

CALIMOCHO

Me han propuesto recientemente dar el pregón de las fiestas de este año de Laguna de Duero, en Valladolid. Un discurso institucional el día 2 de Septiembre a las 20:00 en la Casa de las artes, tras la proyección de "El Laberinto de Simone", y el pregón en la Plaza Mayor con el alcalde desde el balcón el día 7 a las 19:00, con todas las peñas debajo, canturreando y esperando para ir a visitar a la virgen de nuestra Señora del Villar.
Dirk, mi amigo de Nürnberg, y yo iremos juntos hasta Valladolid desde Munich en furgoneta, pasando primero por Barcelona.
Le cuento lo del pregón y me pregunta: (En alemán)

-¿Y que demonios vas a decir allí?

-Apuntad al alcalde.
Respondo.

-¿Cómo?

-Es que, cada año, la gente aprovecha la oportunidad para tirar huevos y para protestar sobre cualquier cosa.

-Que marrón. Oye, yo esta vez paso de correr en el encierro. La última vez casi me cago en los pantalones. Añade Dirk.

-Tío, aquella vez, tras el encierro, te perdiste. ¿Recuerdas?

-¡Buff!... Si. Que horror.
Contesta Dirk.

-Me llamaste a las seis y media de la tarde del día siguiente. Semi inconsciente, me contaste que no tenías ni idea de donde estabas. Te despertaste con una resaca mortal en el piso de alguien. Descríbeme la situación, te pedí por teléfono y tú, con voz de ultratumba, dijiste:

-Dos tías vestidas de prostitutas de los años cuarenta preparan algo de comer. Mientras, un tío de barbas juega solo a la Playstation y otro corretea en calzoncillos a mí alrededor con unos guantes de boxeo puestos. Todos hablan y gritan cosas y yo no entiendo una mierda.

-Dirk, tranquilo tío, esta vez no beberemos antes del encierro.

-Odio el cachimochio.

-Calimocho, Dirk, calimocho.