SE ME ACABARON LOS SUSURROS
La mejor defensa es un buen ataque, te lo diré en ocho susurros.
Los tópicos funcionan y por eso perduran. Los días son azules, o quizá lo parezcan, pero nada es gratis. La letra pequeña nos habla de la verdad, los titulares solo mienten a medias. Hay una línea invisible que solo vislumbran los cansados de vivir. Hazme un truco y no me quites la venda. Tu juego puede ser el mío, podemos ponerle nuevos nombres a las cosas. Nombres más amables para un nuevo mundo. Hazlo lento, pon tu mejor técnica, el corazón, que para eso ya se desliza demasiado veloz la vida. Y así soñar jugando, viviendo, en la esperanza de poder volver a creer en la magia de amar la vida que construimos para nosotros y entre todos. ¿Sabes?, se me acabaron los susurros.
Iván Sáinz-Pardo
"La ira dormida" ©2007
12 comentarios
Carlos Lasserre -
Quería comentarte que me encantó tu escrito
"Se me acabaron los susurros"
Visito frecuentemente lugares cibernéticos de escritos, y he pasado por muchas decepciones ya
Escritos como el tuyo, me devuelven la esperanza, y gracias por eso
Seguiré visitando tus letras, tenlo por seguro
Saludos
Anita -
Xabier Aurtenetxe -
El susurro es un sordo siseo, sierpe sigilosa bajo el sofocante soplo del solano. En la geografía de las palabras, el susurro se encuentra entre el sustrato y el sutás. Es, pues, el rescoldo que una lengua extinguida, ante la invasión de otra, logra inocular en su asesina en el dulce momento de la cópula mortal. Por eso el susurro, como el sutás, posee una herida mediana que le da la apariencia de desdoblarse en sus sílabas. El susurro -lo saben nuestros primos sudacas- es sute, enclenque y débil, aunque sutil, delicado al tiempo que perspicaz e ingenioso. El susurro, en fin, es la condensación de la comunicación, por eso los energúmenos que no tienen nada que decir(se)hablan por el móvil a gritos.
Cuando ejercía de sombra de Gulliver, visitamos la isla de Balmibarbi. En la Academia de su capital, Lagado, nos encontramos con una proposición sorprendente: facilitar la comprensión universal recurriendo a las cosas y no a las palabras."Se ideó que,siendo las palabras simplemente los nombres de las cosas,sería más conveniente que cada persona llevara consigo todas aquellas cosas de que fuese necesario hablar en el asunto especial sobre el que habría que discurrir". De esta manera no habría equívocos, puesto que la vista de la cosa remitiría inmediatamente a la cosa evitándose el siempre delicado paso por la palabra.
En la cosmogonía vasca, ya siglos antes de Wittgenstein,todo aquello que puede ser nombrado existe. Inventar nuevas palabras es, pues inventar nuevos mundos. Pero esas palabras pronto serán obsoletas pues los entes son cambiantes y las cosas se desprenderán de sus nombres tal una serpiente en muda. No obstante, estamos condenados a inventar nuevos mundos que nunca comprenderemos, como no comprendemos del todo las palabras, aunque las hayamos parido. Las palabras son, por esencia, libres y esquivas. Juegan con nosotros. Nos provocan para que corramos tras ellas hasta caer exhaustos, pues, como dice Bill Viola, la mejor forma de acercarse al arte (y yo diría que a la vida) es cansado y con jet-lag, sin defensa alguna. En el principio era el Verbo, pero, desgraciadamente, hemos olvidado sus conjugaciones.
Nos queda una esperanza: el silencio. Así como el blanco contiene todos los colores, el silencio contiene todas las palabras. Por eso un minuto de silencio siempre será más expresivo que la suma de todos los cacareos polifónicos.
Et aujourd'hui, je te raconterai quoi?
Le silence, peut être,
le plus harmonieux des chants.
El silencio ha hecho que me reencuentre con estas palabras que escribí en un cuaderno, hoy ajado por el paso del tiempo, allá a finales de 1973, hace aproximadamente 13.000 días. Sí, Marina, 312.000 horas en una zanja, con sus noches y sus días. Recuerdo mucho más estos últimos, sobre todo los soleados.
Silencio, se rueda!
monocamy -
:D
Ni modo que no ;)
Capitán Pescanova -
humilde -
Exodus -
IVAN -
Gracias por ello y por ayudar junto a los demás a hacer de este humilde escondite, un lugar para el encuentro y la sonrisa.
Marina Khalo -
Xavier, es una gozada leerte. No te prodigas mucho, así que cuando tropieza mi vista con tu nombre, me siento y me relajo...entonces te leo. Y me encanta.
Marina Khalo -
Perdí los tópicos la noche en que me quedé, siendo niña, atrapada en una zanja y tardaron cuatro horas en rescatarme. Los días son azules y ahora sé, que vistos de cerca y de lejos son negros. Más que las verdades a medias, me interesan las preguntas. Tan antiguas como las que formularon los griegos. Lugares comunes que no pierden vigencia.
¡Ven!...acércate y mira dentro de la chistera verás El Sombrerero Loco y la Liebre de Marzo. Para ellos todo tiene un valor monetario, cualquier cosa puede convertirse en una mercancía negociable. Pero, tus palabras no tienen precio. Así que juguemos, hasta encontrar el dolor de la lucidez y el nuevo elogio de la locura.
Tengo el álbum Vida y Color inacabado. Cuando te quedes sin susurros, prueba con los silencios. Sabré escucharte.
MaGiCa -
Xispita -
Me lo tengo que imaginar porque debo quedarme en casa con un niño-anciano que no cree en la magia.