Me encanta ver a los yankies cuando se quedan sin palabras, cosa que ocurre con bastante frecuencia. Un saludo, Iván.
Marina Khalo -
Sin meterme en terrenos lingüísticos el título del comentario Living in América recuerda el enunciado de Wittgenstein Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo. Que los habitantes de Estados Unidos se apropien del término América, envolviendo la parte por el todo, me da que no es casualidad. En esta metonimia intencionada, el continente América serían ellos y lo otro siempre habría que especificarlo: Latinoamérica, Centroamérica, Sudamérica. La realidad ha sido que muchas veces, Lo otro no ha tenido que ser explicado, solamente dominado. Y ya sabemos que muchas veces el lenguaje, es el principio, causa y efecto de ello.
Hay otra idea que subyace en este vete a . Vete o regresa a África, a México. Muchas veces es el eufemismo de vete a la mierda (y con perdón). Cuando no, la constatación de lo no auténtico y genuino, lo extranjero. Concepto que a su vez clasifica a los ciudadanos como de primera o segunda clase y nos retrotrae al popular mito del continente vacío. Este último concepto muy querido por los conquistadores que se convierten en domesticadores de salvajes y redentores de la antigua in civilización. En estos procesos de ocupación, los americanos que ya habitaban esos parajes fueron transformados en extranjeros, no americanos, los otros... mediante la exclusión forzada y forzosa. Aunque solo sean por las pelis de vaqueros, contadas al peor o mejor estilo spaghetti western; constatamos desde la butaca, que los indios americanos fueron cazados y obligados a vivir en reservas, a las que hoy llamaríamos campos de concentración. Escribiendo la historia de América con la sangre de sus víctimas y la pluma de su sacrificio.
La parte que más me gustó siempre del Teniente Blueberry, fue la de Nariz Rota. Su amistad con el Gran Jefe Cochise y el amor de su hija, Chini.
4 comentarios
Carmi -
Vicente -
:)
Capitán Pescanova -
Un saludo, Iván.
Marina Khalo -
Hay otra idea que subyace en este vete a . Vete o regresa a África, a México. Muchas veces es el eufemismo de vete a la mierda (y con perdón). Cuando no, la constatación de lo no auténtico y genuino, lo extranjero. Concepto que a su vez clasifica a los ciudadanos como de primera o segunda clase y nos retrotrae al popular mito del continente vacío. Este último concepto muy querido por los conquistadores que se convierten en domesticadores de salvajes y redentores de la antigua in civilización. En estos procesos de ocupación, los americanos que ya habitaban esos parajes fueron transformados en extranjeros, no americanos, los otros... mediante la exclusión forzada y forzosa.
Aunque solo sean por las pelis de vaqueros, contadas al peor o mejor estilo spaghetti western; constatamos desde la butaca, que los indios americanos fueron cazados y obligados a vivir en reservas, a las que hoy llamaríamos campos de concentración. Escribiendo la historia de América con la sangre de sus víctimas y la pluma de su sacrificio.
La parte que más me gustó siempre del Teniente Blueberry, fue la de Nariz Rota. Su amistad con el Gran Jefe Cochise y el amor de su hija, Chini.
Llámenme amar y cana.