UN BLOG DE CINE
Supongo que escribir en un blog durante un largo periodo crea una especie de dependencia, de convivencia con un hábito nuevo que, irremediablemente, entra a formar parte de nuestras vidas. Como cualquier actividad frecuente y regular, esta se ve sometida a veces a reflexiones personales y necesarias.
Alguien que visita este blog con frecuencia me comentaba el otro día:
Es curiosos que a pesar de tu profesión, tu blog no sea un blog especializado y meramente de cine como los habituales."
Es cierto. El escondite no es un blog de cine, es tan solo un blog personal, es una especie de diario online. Mi blog no es exclusivamente de cine porque el cine es tan solo una pequeña parte en mi vida. No escribo únicamente sobre temas relacionados al cine porque mis preocupaciones, mis inquietudes, mis sueños y mis pensamientos son variados y caóticos y el cine es tan solo una herramienta más en un garaje mental demasiado anárquico.
Mi familia, los amigos, la gente que me rodea no son gente de cine, ni siquiera se ven una película semanalmente, ni mensualmente, incluso dudan y tienen que hacer memoria si se les pregunta cual fue la última película que vieron en una sala. La mayoría de ellos no entienden lo que diferencia el formato de cine del formato video y creen que el salto de eje es un juego regional para niños. Lo cierto es que, para su realización personal y para su día a día, esto tampoco tiene ninguna importancia.
Me considero un director de cine afortunado, casual, quizás porque a los 25 años aún no sabía que hacer con mi vida o porque mis ambiciones y mis motivaciones también fueron siempre confusas y variadas. Para afrontar esta profesión eficazmente hay que mantener la confianza en uno mismo, el ego y la autoestima a niveles muy importantes y por eso muchas veces es complicado mantenerse al margen y con la cabeza en su sitio y evitar que la vorágine no condicione nuestro estado emocional y el curso natural de nuestras vidas. Me he esforzado mucho, he trabajado muy duro para llegar hasta aquí, pero lo cierto es que me niego a condicionar y a reducir mi felicidad y mi realización personal a una sola meta basada en algún tipo de éxito profesional o social.
Cuando en la soledad de mi cuarto coreografiaba a mis soldaditos de plástico, juegos que me acompañaron casi hasta los 14 años, cuando organizaba y dirigía como hermano mayor a mis tres hermanas en las actuaciones que inventábamos para nuestros padres cada fin de año, cuando sentados sobre toallas imaginábamos mi hermana Ainoa y yo aventuras en balsas sobre mares invisibles, o cuando escribía mis primeras historias, grababa sketches con un radio cassette, o ya grababa con una cámara domestica prestada mis primeros videos, no pensaba estar haciendo cine. Ahora mismo, tras mis estudios de dirección, mis cortometrajes en cine y con mis proyectos para largometraje flirteando en el aire, tampoco lo pienso. No tengo cámara de video, tampoco cámara de fotos, no compro ni colecciono dvds compulsivamente, no devoro literatura especializada, ni soy fan acérrimo de ningún comic en concreto. No soy un erudito del cine ni me considero un cinéfilo, no domino la historia del cine, ni controlo el cine clásico, no me prodigo en festivales de cine, ni en ambientes de moda. Nunca quise compartir en una tira las aventuras de Spiderman, me concentré en soñar y en creer ser el mismo Spiderman. Me cabreaba transformándome en una bestia color verde como La Masa, por las noches volaba en mis sueños como Superman, en el recreo agitaba palos como si fueran espadas pensando en El Jabato o en El Capitán Trueno.
Recuerdo que mi madre, tras mi "shockpostE.T el Extraterrestre (shock generacional), al descubrir mi habitación repleta de fotos de Spielberg y constatar además que yo había cambiado los "Mortadelos y filemon" y las aventuras de Los cinco por El cine según Hitchcock de Truffaut, se sentó conmigo en mi cama y me explicó que, para ser director de cine, había que ser un hacha en el colegio, sacar sobresalientes en matemáticas y estudiar después al menos tres carreras universitarias. Cuando mi madre me volvió a sentar delante de mis deberes y salió de nuevo por la puerta de mi cuarto, se llevó consigo y de golpe mi sueño de llegar a ser cineasta. No se si tiene o no que ver, pero muchos años después, en el 97, tras abandonar, desmotivado y desorientado, la carrera de Filología Alemana y tras la repentina muerte de mi madre, animado probablemente también por el visionado tardío de la casera y genial Clerks de Kevin Smith, grabé de forma instintiva mi primer cortometraje en video, Apretón Mortal. Poco después descubrí que Spielberg no era ningún intelectual, ni siquiera había terminado una carrera universitaria y me fui agarrando cada vez con más fuerza a ese hobby hasta conseguir recuperar la ilusión, madurada, real, de contar historias detrás de una cámara. Mi padre, a pesar de lo arriesgado de mi situación profesional y laboral, me apoyó incondicionalmente y sin dudarlo y entonces, entendí que, si mi madre me había arrebatado bruscamente aquel sueño entonces, de niño, fue con el sabio propósito de emplazarme y ayudarme a labrar un camino que me ofreciese posibilidades practicas y reales de reencontrarme con ese y con todos mis sueños después.
Hoy escribo este post que no se si va de cine o no, en este blog que no se si va de cine o no, pero con la misma ilusión por comunicarme, por evocar imágenes y provocar sentimientos que cuando estoy detrás de una cámara.
Y termino así, pensando en que, en realidad, los sueños son un poco como los alimentos frescos del supermercado, que se pueden comer y disfrutar ahora o dejarlos caducar y estropear. Sin embargo, también y si lo queremos, se pueden congelar en el frigorífico y reservarlos para más adelante. Lo importante es, en cualquier caso, ocuparse siempre de ellos.
13 comentarios
Ligia -
Emilio Calvo de Mora -
AL -
Ligo,
pues existo.
No ligo,
pues insisto.
AL -
Como se suele decir: el que la sigue, la consigue.
El que resiste, gana.
etc etc, este es un camino duro y dificil, pero si logramos llegar, será muy bonito.
:) Estamos seleccionados en VI CERTAMEN DE CORTOMETRAJES EL PECADO 2007
MaGiCa -
P.D Yo tambien jugaba con mi hermana en las balsas con mares invisibles ...
Un Beso
Vicente -
humilde -
Angéline -
Cerezo -
...eso lo he aprendido yo hace poco...
...eso y que La Marea gana con revisionado...
...eso y que nos vemos en breve...
...sí, eso...
Sisterboy -
J.P. Bango -
Gran texto, camarada.
Ruth -
Un director de cine sin cámara es más director que muchos otros.
Gracias por ayudarnos con tu reflexión a ser más conscientes de nuestras posibilidades.
Josmachine -
Me parece una genial reflexión la que haces y me lleva a lugares a los que solo voy cuando necesito estar conmigo.
Un saludo.