EL PORTUGUES Y LA BALLENA
Soy un caníbal viviendo en el estómago de una ballena azul. Me alimento de pescadores japoneses que llegan a mí, aturdidos y exhaustos. Colecciono fotos ajenas de mujeres japonesas y fotos de niños sonrientes de ojos rasgados.
Aquí dentro no hay estaciones del año, ni tampoco cobertura para todos esos móviles que llegan a mis manos. Me entretengo limpiando de restos las cavidades y cuidando y dando de comer a los peces que consigo rescatar de los jugos estomacales.
Cada miércoles, cuando llega la noche, la ballena me escupe sobre su lomo y me permite tumbarme a contemplar el mar calmado y las estrellas. Yo, a cambio, le cuento mis cosas y le canto fados inventados bajo la luz de la luna. Durante horas, acompasa mis cantos y mis palabras con acordes resoplidos.
Hace tan solo tres meses, en los periódicos y en los noticieros de todo el mundo hablaban sobre mi afortunado rescate y sobre la muerte y captura del monstruo azul. Pero yo no me siento afortunado. Yo únicamente me siento solo y vacio sin su compañía. Mi antigua vida, ahora recuperada, me hace sentirme más aislado y atrapado que nunca.
En Japón, ahora, hablan en todas partes sobre el misterioso asesino de pescadores. Más de treinta japoneses han desaparecido o han sido encontrados muertos en terribles condiciones. Junto a los restos de los cuerpos medio devorados, la policía colecciona para la investigación cartas escritas a mano con lo que parecen tratarse de fados en portugués.
Y mientras que la policía continúa buscando al culpable, ecologistas y científicos de todas partes del mundo se reúnen cada noche para observar, incrédulos, un extraño fenómeno. Desde hace tres meses, cientos y cientos de ballenas azules venidas desde los lugares más remotos del planeta, se reúnen en el horizonte de las costas japonesas y bajo la luz de la luna, se las oyen resoplar al unísono.
Mientras me dispongo a salir de nuevo a la caza, un experto en la televisión estatal canadiense, asegura en mi aparato de televisión que, según sus propios estudios, las ballenas que allí se reunen, lo hacen para aunarse en una especie de cantico con el que parecen retar, orgullosas y amenazantes, por primera vez al hombre.
Iván Sáinz-Pardo
"La ira dormida" ©2010
3 comentarios
Marina Khalo -
La SCA podría contar con un pequeño beneficio para sus gastos, mediante la publicación y venta de una revista sobre interiorismo y decoración animal, titulada "Entraña viva" o "Decofagia. Al mejor estilo merchandising, podríamos incluir un regalo por la compra de cada número, que bien podría ser: un paquete de palillos, una colección de cuchillos japoneses o una bata de matarife a juego con la estación.
¡Qué te parece?
Un abrazo ;-)
Ivan -
!Larga vida a la SCA!
Marina Khalo -
-Salvar a la humanidad animal de la animalidad del hombre y estrangular a la banca por impagos de hipotecas, exceso de embargos y falta de liquidez. (Viviendo en el vientre de un mamífero ahorramos gastos y evitamos la especulación inmobiliaria).
Estoy pensando en habitar en el vientre de una osa parda. Si es como la del escudo de Madrid aprovecharía las elecciones en su comunidad para engullirme a los politicastros de turno. Sufriría de indigestión, pero sería el primer ensayo de otros reales alimentos.
Eso sí, los chotis se los dejaría a Rouco Varela. Estoy convencida que igual que se han adherido a la huelga general a última hora de blanco y sin criterio, son capaces de filtrarse en nuestra sociedad caníbal aludiendo que Jonás lo inventaron ellos y que quieren una santa catedral_tigresa en el nuevo zoo park. Así pues, ni chotis ni fados ni boleros . Cogiéndole gusto a la faena, creo que me daría más al transmetal ¡Vivir para comer!.
P.D.-Otra que me zampo sin remordimientos aunque con arcadas, es a la Belén Esteban, Princess of the people And of TV 5...por el culo te la ...
¡Arriba el tierrarismo planetario y muerte al capital AKAL o de AYAL!. ;-)