EL ARBOL
El árbol dejó de dar sombra y fue injustamente talado.
La noche había secuestrado al día para provocar que los ignorantes terminasen por sabotear su propio sustento.
La noche liberó al día y el arbol volvió a crecer. Cuando el arbol volvió a regalar su sombra y sus frutos, la hambruna ya solo había dejado con vida a los hombres más justos.
Iván Sáinz-Pardo
"En la avioneta sobró un sitio" ©2013
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