DIARIO DE ABORDO (Dia 6º Final)
12-6-2006
La señora que lleva la pensión en la que estamos alojados, se ha empeñado en echarnos de allí a las 12. Lamentablemente hubo desde producción un error en la reserva. Nos hemos derrumbado a las 9:30, con lo que esto supone más una tortura real que una mera pesadilla. Contábamos con dormir, al menos hoy, hasta las dos para poder así afrontar medianamente este maratón que supone rodar hoy todo el día y toda la noche para, por la mañana, conducir del tirón hasta Gijón y terminar de rodar allí. Mal comenzamos, pero esto no es todo. Una hilera de focos se ha caído sobre una mesa de atrezzo y ha producido un destrozo importante.
Hoy he tenido que improvisar bastante, buscar soluciones para ahorrar algunos planos y concretar la escena final de Colon.
Una vez más, estiramos el rodaje hasta el límite. Licas y Quintana estaban exhaustos por el esfuerzo y encima, tuvimos que rodar la escena de Licas casi al final. Tuve que proporcionarle colirio para los ojos porque el pobre no podía ya ni abrirlos. No ha sido nada fácil hacer entender a tanta gente del teatro la forma de trabajar en el cine. Aunque el director de más mano a unos departamentos que a otros, uno no puede hacer feliz a todos a la vez. Yo trato de conseguirlo, en la medida de lo posible, pero esto ya se aprende en el primer rodaje. Todos tratan de lucirse en su propio departamento, a veces sin preocuparse demasiado del resto, y el director, mientras, tiene que equilibrar la balanza para que todo funcione coherentemente en el producto final. Reconozco que, esta vez, a favor de las actuaciones y lo visual, he vuelto un poco locos a Pika, a Pincho y a Nico, los maestros del sonido directo. La postproducción de sonido será más agria de lo esperado, pero este tipo de decisiones también corren a cargo del director.
Y al terminar, ya de día, mientras recogemos todo, son mis ojos los que no se mantienen abiertos ni con palillos. Sorin, Markus, Nicol y Dirk estan hechos unos zorros, y hasta Ivan Patiño, que era el que se supone que tenía que venir descansado para llevarnos en furgoneta hasta Gijon, nos confiesa estar hecho papilla.
Está lloviendo a mares, la carretera no esta bien, parte del atrezzo que pedimos para la playa tampoco esta preparado, ya es martes y trece y yo me pregunto si, de verdad, con las cosas como estan, merece la pena intentarlo. Si al menos hubiéramos podido dormir un poco
Y deambulo como un zombi parapléjico, sin ni siquiera las fuerzas mínimas como para entender que la decisión es mía y que los demás, mientras, esperan. Concéntrate y piensa. Tomemos un café. No puedo más. Tengo que dormir. Me meto en un coche y me escondo en el asiento trasero. No, espera
ahora no puedes dormir
Aún no.
Salgo
sigue lloviendo. Dirk se ha dormido sentado en un bordillo. Le coloco un casco de soldado español de la época en la cabeza y ni siquiera se entera. Concéntrate
buff
estoy agotado, tengo que dormir
pero hay que tomar una decisión
piensa, Iván, piensa
¿Qué hacemos? Los créditos podrían ir en otro sitio, de todas formas ya tengo casi 20 minutos de corto y tendré que dejarlo en 15 minutos. Piensa
a ver
Finalmente encuentro una solución. No iremos finalmente a Gijón y todos me lo agradecen como si hubiera evitado un genocidio, un suicidio colectivo. Hemos terminado. Deberíamos estar contentos, gritar de alegría, pero hasta eso se ve irremediablemente pospuesto. Soy un conejo sin batería. Hoy soy yo quien duerme con la ropa puesta.
Al día siguiente, nosotros por nuestra cuenta nos volvimos a levantar muy pronto para intentar volver a grabar la estatua de Colon. Hasta las diez no se llevaban la cámara y aprovechamos hasta el último minuto. Hoy el cielo esta mucho mejor. Somos insaciables.
Sorin y sus chicos han hecho un trabajo formidable. Volver a trabajar a su lado, como ya hicieramos hace seis años en El Sueño del Caracol, ha sido una de mis satisfacciones principales. Con Markus asistiéndole en la cámara y con Philipp, mi compositor habitual, encargado, una vez más, de la banda sonora, esto vuelve a ser bastante parecido a entonces.
Hablé con Rober y con Victor del bar La piedra y decidí invitar a todo el equipo a un par de rondas de Mojitos. Así que nos volvimos a juntar casi todos de nuevo.
Roberto estuvo un tiempo analizando y pensando en distintos formatos para este proyecto, desde 35mm, a Super 16mm o incluso HD. Al final ha preferido elegir el Betacam digital con un adaptador para opticas de 35mm, con la intención de, posteriormente, hincharlo a formato cine. Yo ya he probado otras veces con 16mm, 35mm, Super 35, Cinemascope, pero esta es la primera vez que pruebo el digital profesional. Ha sido una experiencia muy interesante. En realidad hemos iluminado y trabajado exactamente igual que siempre. Encuadrar, iluminar y trabajar profesionalmente es, a mi parecer, el 75% de un acabado de cine, independientemente del formato.
Esta ha sido realmente una producción de excepción y muy peculiar. Hemos rodado en museos, en exteriores, en Valladolid y en Medina del Campo, una historia de época, con más de 15 actores y un presupuesto ajustado. Producción provenía en gran parte de fuera de Valladolid, de Ponferrada en su mayoría. Yo vivo actualmente en Barcelona, y el equipo de cámara se ha desplazado desde Nürnberg y Munich. Parte del equipo técnico y alquileres se han traído de Ponferrada, Madrid y la Coruña. En Valladolid no hay estructura ni empresas dedicadas al cine y los viajes a Madrid han sido realmente interminables.
Gran parte del equipo, al igual que Roberto, se enfrentaban por primera vez a una producción de estas características y desde aquí, tengo que felicitar por todo lo alto a todos por su estimable esfuerzo y por su fantástico trabajo. Roberto, Gonzalo, Ana, Arancha, Iván, Omar y Eva. Toda una familia volcada en un proyecto común. Y el apoyo vital de Antonio Piedra, Emiliano desde Medina, y la ayuda espontánea y generosa de mis amigos Nacho y Víctor. Taxistas, claquetas, producción, atrezzo, en fin, chicos para todo. Y decorando, pintando el sueño, David, Marcos, Emma, Angel, Jorge, He Kyeong, mi queridísima Nati y todos los demás. También a Pika, Pincho, Nico, poniendole voz a corto y a la guapísima de Nieves y Jhon, desesperándose los muy pobres cada vez que maltratábamos el vestuario de alquiler, pero siempre a punto para darle estilazo al personal. Y Chus, Leticia y Paco maquillando, peinando, retocando, buscando soluciones siempre con una sonrisa, siempre atentos, amables y dispuestos. Y a todos los actores, a los que, en gran parte, ya he ido nombrando en este diario. También a todos los técnicos, a Luís y a sus chicos, y a todos los colaboradores, espónsores y participantes en este proyecto, a todos, de corazón, muchísimas gracias.
Y ahora, a editar y a hacer el último esfuerzo con la postproducción, para terminar de darle forma a este cortometraje del que os seguiré informando desde aquí. Saludos a todos.