NUESTRO TIEMPO (Rescatado)
Supongo que ninguno sabemos exactamente la razón del porqué hacemos todas las cosas. Y es que parece que hay que estar haciendo cosas sin parar, sembrando metas, finalidades y pequeñas misiones en nuestra pequeña huerta del destino y en la de los demás. Y supongo que eso es lo que más nos jode, que se coman nuestras manzanas y que se metan en la huerta de uno a husmear.
El tiempo es más valioso que las pesetas, los marcos, los euros y los dólares, y también que todo el dichoso petróleo de Irak y que todos los BMWs descapotables del mundo.
Pero traficamos con nuestro tiempo. Lo devaluamos y lo malvendemos a cambio de un puñado de monedas. Muchas veces invertimos más de ocho horas diarias en conseguir el maldito dinero, y el resto de nuestro tiempo, en mal gastarlo. Freímos patatas o servimos cafés, dormitamos en despachos que no nos pertenecen, limpiamos lugares lejanos y ajenos y colocamos cajas, documentos o muebles allí donde nos ordenan.
Pero lo cierto es que nuestro tiempo es nuestro flujo vital, es lo más importante que tenemos y no es infinito. Y por supuesto no es como un depósito de agua, que simplemente dura hasta el momento en que se agota. Nuestro tiempo nos pertenece de forma natural e innata. Nuestro tiempo posee vida propia y se nos presenta siempre distinto y especial en cada momento. Uno tiene veinticinco años y no los vuelve a tener nunca más; pasa el verano, y al siguiente, ya nada parece moverse ni transcurrir de la misma manera.
Y pienso que las empresas del mundo se nutren de la infancia robada de los niños asiáticos y de puertas en las narices a gitanos y negros, y de todo ese jodido tiempo que las mujeres no están con sus hombres y del jodido tiempo en que los hombres no están con sus mujeres. Y ahora piensa tú: ¿Sabes quien está educando a tus hijos?
Las empresas del mundo se nutren de los jóvenes que dejarán de serlo, devorando vidas a cambio de un puñado de monedas. Sabes que procurarán arrebatarnos los mejores años de nuestras vidas con amenazas y con hipotecas, con horarios y sueldos congelados, con contratos humillantes y puertas cerradas con llaves que nuestras manos amputadas no pueden agarrar. Día a día, se alimentan con gula de nuestros sueños y se empachan a nuestro gusto, después nos eructan tranquilamente en la cara, y con una sonrisa, nos dicen:
-Hijo, sólo queremos lo mejor para ti, pero has de concentrarte y trabajar aún un poco más deprisa.
Sin sueños somos como corderos en una camioneta, y no vayas a esperar para entonces, nada mejor que la miserable vida de tus vecinos de al lado.
Muchas veces no sabemos el porqué de las cosas que hacemos, simplemente nos levantamos una mañana, y nos encontramos de nuevo en una oficina con preciosas vistas a la cola de gente que espera en el frío para ocupar tu silla, toda esa gente desesperada, dispuesta a dejarse sodomizar con una sonrisa como la tuya, pero por menos euros a la hora.
Un día, después de unas semanas, al salir del metro, descubres que la gente que husmea en el pequeño huerto de tu destino, juega al golf en países exóticos que tu solo llegaras a conocer por la tele. Un día, te quedarás así, mirándolos, y entenderás que ni siquiera hablan tu mismo idioma, y que en realidad, muy poco de lo que te vaya a ocurrir, mientras todo siga igual, tendrá que ver con la persona que siempre quisiste ser.
Iván Sáinz-Pardo
"Al final del arco iris"
©-N333042/00
11 comentarios
gb -
Para lograr esto creo que debemos pasar más tiempo del día pensando en los porqués. En porqué hacemos las cosas, en los motivos reales que nos mueven, nos hacen pensar y comportarnos de la forma que lo hacemos. Si reflexionamos todos los días sobre esto seguro que mañana nos conoceremos mejor, lo cúal es un primer paso para aceptarse.
Como bien dice mi abuela el porqué más grande e importante es el amor. Quererse a uno mismo, a los amigos, a la pareja y a los demás.
catalanufaSPK -
Me ha encantado tu escrito. Un abrazo para Lucy y para ti.
alzhu -
mi truco es dormir menos para tener más tiempo los ojos abiertos.
Un abrazo
amanda -
suelo escuchar a quien me dice "es tiempo de que empieces a ..." y pienso para mí, que en realidad ya es tiempo de que empiece a llover.
Y como ahora tengo tiempo para ti, te lo regalo.
un beso para Lucy y para ti.
amanda
bahia -
Mata -
Saluditos.
Daniel de Canada -
He dicho.
Kefalegereta -
alma -
noemi -
humilde -