NADA
Me tembló el pulso menos de una décima de segundo y un terremoto infinito derribó toda esperanza de volver a creer en la verdad. Nadie escuchaba, las estrellas acariciaban con cierta desgana la cresta del tsunami y las mentiras, mientras, jugaban a ser hermosas sirenas seduciendo mi respiración. Tras el boca a boca, abrí mis ojos, vomite tu veneno y entendí, que nada de lo que un día creí, continuaba ya esperando por nosotros.
Iván Sáinz-Pardo
"La ira dormida" ©2006
7 comentarios
bahia -
Besos, Divino Iván
Pita -
Tu amiga del otro lado del planeta...
REFO -
Exagerada -
Un beso Iván, que cada día me gustas más.
Mata -
Jacko -
Ybris -
Pero a veces resulta esperanzador descubrir que basta otra décima de segundo para su reconstrucción.
Y es que no tenemos remedio.
Abrazos.