Blogia
EL ESCONDITE DE IVÁN

NADA

NADA

Me tembló el pulso menos de una décima de segundo y un terremoto infinito derribó toda esperanza de volver a creer en la verdad. Nadie escuchaba, las estrellas acariciaban con cierta desgana la cresta del tsunami y las mentiras, mientras, jugaban a ser hermosas sirenas seduciendo mi respiración. Tras el boca a boca, abrí mis ojos, vomite tu veneno y entendí, que nada de lo que un día creí, continuaba ya esperando por nosotros.

Iván Sáinz-Pardo
"La ira dormida" ©2006

7 comentarios

bahia -

no hay mucha diferencia entre el tono de este post y el último: la inexistencia del juego a dos.

Besos, Divino Iván

Pita -

...bueno, ni estando dentro de mi, es como si yo lo hubiese pensado porque esa es mi realidad, me llego a la sangre y de alli se quedo en mi corazon...un beso grande

Tu amiga del otro lado del planeta...

REFO -

Ahí, con buen rollo.

Exagerada -

Cuando todo parece seguro, inamovible, es cuando más peligro corremos.
Un beso Iván, que cada día me gustas más.

Mata -

Es como lanzarse desde un acantilado y mientras caes los sonidos y los pensamientos se entremezclan a la misma velocidad de la caída y después de unos segundos nada...nada.

Jacko -

TODO

Ybris -

En una décima de segundo de duda caben todas las ruinas de la verdad en que creímos.
Pero a veces resulta esperanzador descubrir que basta otra décima de segundo para su reconstrucción.
Y es que no tenemos remedio.

Abrazos.