CANCIÓN DE NAVIDAD
Hoy se asomó una parte de mí y se puso a bailar sin más con el ruido de la secadora. Ocupó mi cuerpo cansado y lo agitó con la energía de antes, mientras me susurraba que la vida es como una mañana de rocío escarchado, brillando en plenitud gracias a los primeros rayos del mismo sol que poco después lo destruirá haciéndolo desaparecer para siempre. Y que los recuerdos nunca regresan, que son imitaciones burdas y distorsionadas sin demasiado entusiasmo, imitaciones realizadas por seres enanos en lugares recónditos de nuestra mente.
Lo reconocí de inmediato y me sentí distinto y a la vez me sentí yo mismo. Sentí un escalofrió retorciendo mi letargo, exprimiendo mi interior, haciendo gotear el resto de una esencia olvidada que todavía estaba allí. Entonces me sentí extrañamente feliz, como aturdido y excitado por el recuerdo burdo y distorsionado del primer beso, y me puse a cantar:
Es Navidad y nadie espera que aciertes en todo,
nadie cree realmente que eres tan feo como tú te ves,
nadie se asusta con tus mismos miedos,
nadie recorre los mismos lugares,
ni pisa las mismas huellas dentro de tu cabeza.
Tus amigos no se preocupan de nada que tenga sentido,
se alejan sin remedio,
escondidos entre borbotones y coágulos negros.
Tus enemigos no se arrepienten de nada que tenga sentido,
te apuntan desde el cielo sobre sus tejados alados,
escondidos entre borbotones y coágulos negros.
Es Navidad y yo protagonizo un grito absolutamente mío,
para echarte de menos, para descalabrar un instante cualquiera
y volverlo amable, cercano, verdadero.
Espérame, no vuelvas a esconderte. No te vayas. Hagamos juntos más cosas, hagamos locuras, estoy cansado de la cordura y el tedio, cantemos juntos más canciones, recuperemos todo lo de antes. Te necesito.
Y antes de desaparecer me dice:
Tranquilo, agárrate a la realidad positiva del descubrimiento, anímate, ahora sabes que sigo aquí, que realmente nunca me había marchado.
Me quedo quieto, de pie. De fondo el rumor de los vecinos cantando un villancico en catalán mientras la secadora en la cocina pita, insistentemente, avisándome de que la ropa ya está seca.
Iván Sáinz-Pardo
"La ira dormida" ©2007
10 comentarios
mariajesuslamora -
maría jesús lamora -
Pita -
hola ivan de este lado del planeta extrañaba saber de ti, volvi a escribir este es mi nuevo blog. Un beso Pita...ahora JOJO http://jojo-disimulo.blogspot.com
el color del cristal -
Feliz Realidad, Iván :)
besos :*
anónima :) -
maría -
Es más que eso, debe ser el rumor de la pausa que nos alcanza a todos, a veces para bien a veces para mal.
Super -
Besos y feliz 2009!
Secreto -
Gabriel del Gotto y Garspún -
Loola -
Saludos!!
Y muy feliz Navidad.