SUPERVIVIENTES
El universo conspira, nosotros coleccionamos tonterías con las que crear imperios oscuros, pero hemos vuelto a olvidar comprar las dichosas pinzas con las que poder aislar el aroma de nuestros pactos.
Vuelvo a casa. Compartimos pasta con verduras y espacios interiores, para después huir al exterior arrastrados siempre por gritos ajenos.
Paseo por un acuario abandonado. Un viejo oso de peluche coge polvo junto a unas escaleras. Hoy me retraso. Tú abres la puerta, me recibes con los brazos cruzados. Yo te miro con ojos bondadosos, con el peluche debajo del brazo y susurro:
-Somos dos supervivientes en dos botes distintos, pero del mismo naufragio.
Iván Sáinz-Pardo
"La ira dormida" ©2010
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