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EL ESCONDITE DE IVÁN

TRINCHERA PARA UNO

TRINCHERA PARA UNO

Me cansé de esperar en mi puesto. Después me cansé de cansarme. Por eso decidí descansar y volver a plantarle cara. Replanteé la estrategia. Cavé nuevas trincheras. Acumule provisiones. Me puse de nuevo en forma, camuflé lo mejor que pude mis miedos y, una vez más, esperé el momento adecuado. Esperé, esperé y racioné estrictamente mis fuerzas de flaqueza. Deseé seguir agarrado al coraje lo suficiente como para no claudicar en el intento. Deseé seguir creyendo en mi mismo. Apreté los dientes y cerré los ojos para desear con todo el alma.

A veces mis deseos son ordenes en un cuartel militar vacio, pero no por ello voy a declararle la guerra a la vida.

Iván Sáinz-Pardo
"En la avioneta sobró un sitio" ©2012

5 comentarios

Ivan -

Muchisimas gracias Teresa, un placer escuchar lo que dices. Saludos desde Munich.

Khalo... Benedetti siempre llega puntual, ya se disfrace la realidad de lo que quiera. Besos

Marina Khalo -

Mi corazón acobardado sigue
inventando valor, abriendo créditos,
tirando cabos sólo a la siniestra,
aprendiendo a aprender, pobre aleluya,
y quién sabe, quién sabe si entre tanta
mentira incandescente, no queda algo
de verdad a la sombra. Y no es metáfora. (M.Benedetti)

Teresaa -

Siempre me gustan tus escritos, si bien pocas veces dejo comentario. Me causan cierto alivio a pesar de ser un tanto amargos, muchas situaciones las he vivido y me encanta la manera en que las describes.
Saludos desde México...

Ivan -

Mucha razón. Bienvenida a la trinchera.

V. -

Ya se encarga la vida de declararte la guerra a ti. Así que todos los días empiezan como una aventura y muchos de ellos acabas por esconderte en una esas que llamas "trincheras". Asco de realidad. Un chute de Fantasía por caridad...